Este miércoles se cumplen 25 años del autogolpe de Estado perpetrado por el gobierno de Alberto Fujimori, condenado a 25 años de prisión por delitos de lesa humanidad, y como se ha hecho costumbre, sus fanáticos más leales suelen defender y justificar el infausto 5 de abril de 1992, cuando se instauró un régimen autoritario y cleptócrata. 

Al día siguiente de aquel domingo nefasto para el Perú, La República presentó una portada que quedará inmortalizada en el tiempo. Su director, el desaparecido Gustavo Mohme Seminario, optó por una apuesta arriesaga pero justificada: salir con las páginas en blanco, luego de que la redacción del diario fue tomado por los militares.

Una las principales defensoras de las tropelías del fujimorismo es la exparlamentaria Martha Chávez, quien este miércoles dijo que La República imprimió sus páginas en blanco porque quisieron y que esta decisión del diario no tuvo nada que ver con que hayan sido censurados.

“Que no vengan a decir que porque sacó páginas en blanco estaban censurados”, dijo Chávez en una entrevista en RPP, al ser consultada sobre la intervención militar la noche del 5 de abril de 1992 en las instalaciones del mencionado diario.

Sin embargo, el periodista de esa casa editora Ángel Páez relata, en detalle, aquel incidente, cuando el jefe de una patrulla del Ejército que ingresó a la fuerza en la redacción de La República, con un pasamontañas negro y un fusil, revisó y reclamó a Mohme sobre los textos de la portada y de las páginas 2, 3 y 7 de la edición del 6 de abril.

“Yo solo cumplo órdenes. Y las órdenes que me han dado es que en el periódico no salga la palabra “golpe de Estado”, dijo el oficial del Ejército.

Este atentado contra la libertad de prensa e información motivó que Mohme decida que el periódico saliera con las páginas en blanco. El local de la avenida Argentina, donde se imprimía de La República, también estaba bajo control militar.

El operativo se dio en varios medios de comunicación en simultáneo.

“Las redacciones del diario El Comercio y la revista Caretas, de las agencias internacionales de noticias Associated Press, France Press y EFE, de los canales 2 (Frecuencia Latina), 4 (América Televisión) y 5 (Panamericana) y de la radioemisora Antena 1 fueron cercadas por patrullas y vehículos militares. La incursión incluyó a la impresa Labrusa, de donde salían las revistas Caretas y Sí, además de los periódicos El Nacional, Gestión, Ídolo y Onda, con la evidente intención de que no circularan”, escribe Paéz.

Pero además el régimen golpista ordenó la detención de periodistas como Gustavo Gorriti Ellenbogen, de la revista Caretas y corresponsal del diario español El País. “Esto fue parte de una venganza del exasesor Vladimiro Montesinos con anuencia de Fujimori”, recuerda Páez.

Gorriti fue quien había revelado algunas de las actividades ilícitas que ejecutaban Montesinos y Fujimori desde Palacio. Este es uno de los hechos que se tomó en cuenta –además de los casos de La Cantuta y Barrios Altos– en la sentencia de 25 años de cárcel que purga el exmandatario ahora en la Diroes.

“Quizás se trate del único ex jefe del Estado en el mundo que ha recibido semejante sanción por atentar contra un periodista”, indica el jefe de la Unidad de Investigación de la República.

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